Sobrevolando la enmarañada red
con mi mágico corcel
saboreo ya la miel
de la última pared.
Aletean rosas de poemas
anunciando cercano el Verdor
que labró Dios Amor
mientras cantan: "¡no temas!".
Llueven pétalos de Esperanza
sobre el Universo convulso...
mi corazón ya danza:
¡Amor ganó el pulso!
Rayos ténues de Alegría
iluminan la noche agonizante
monstrándonos, allá, más adelante,
nacer el Eterno Día.
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