Cuando las olas renacen
en mar de Eternidad
muere toda la vanidad
y las penas yacen.
Donde nuestra unión reposa
no hay ninguna medida,
toda caricia es sentida
y reina la Rosa.
Como eternos nos amamos,
como niños nos vivimos
y todo lo convertimos
en versos que regalamos.
Porque nos mueve Amor
latimos en un corazón
que encuentra la razón
del presente siempre mejor.
martes, 4 de agosto de 2009
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